jueves, 16 de octubre de 2008

Ventajas de la rutina

Dentro de un par de días haré 6 maravillosos meses de vegetariana. Pensé que iba a ser mucho más duro, pero no, estoy encantada de todo. Incluso los eventos sociales los sobrellevo con bastante elegancia. En general, hasta ahora las experiencias han sido positivas prácticamente todas. He leído muchas experiencias negativas de otras muchas personas, sobre todo en lo referente a familias poco comprensivas, amigos que se creen con el derecho a juzgar o simplemente problemas sociales cotidianos. Pero en mi caso no ha sido así. Poco a poco una persona tras otra han ido acostumbrándose, lo que antes era el tema de moda ha pasado a segundo plano, ya no soy el centro de los chistes, la novedad ha pasado y ha dado paso al día a día cotidiano. Ahora es cuando realmente disfruto. Puedo hablar con más tranquilidad porque cada vez se me escucha con mayor naturalidad, sin sentir mis palabras como un ataque directo. Ya no me miran raro cuando me pido mi ensalada y mis berenjenas con miel de caña las noches que salimos de tapas. Nadie se sorprende si llevo un taper de pasta con tofu y verduras al trabajo (y siempre hay alguno que lo prueba). No me agobio pensando en qué voy a comer mañana. Tengo perfectamente controlados los estantes de comida vegetariana del Corte inglés, y me se de memoria los precios. Y la intolerancia ha dejado paso a la naturalidad. Si, todo ha cambiado, todo es más fácil, todo es más tranquilo.

Nunca me cansaré de repetir lo afortunada que me siento, se que muchos vegetarianos darían cualquier cosa por estar en mi situación. Mi madre me entiende, mi novio me entiende,y mis amigos no me entienden pero me respetan (bueno, alguno sí que me entiende pero no lo suficiente como para dar el paso). Por supuesto, no todo es siempre tan idílico, no todas las situaciones son tan bellas al igual que no todas las ensaladas están exentas de algún bichillo no deseado. Pero de vez en cuando viene bien esta diversidad, ayuda a aclarar la mente, a enfrentarte a nuevos retos, a reforzar cimientos personales.

Yo también estoy cambiando, estoy aprendiendo día a día a ser más tolerante, aunque no siempre lo consigo ni mucho menos. Las personas evolucionamos poco a poco, pero de forma constante, espero que a medida que pasen primero los meses, y después los años, tenga la sabiduría suficiente para tratar cualquier situación. Y en caso de no ser así, al menos acudiré a mi blog a desahogarme.

¡Qué bello es ser vegetariano!

¡Saludos a tod@s!

viernes, 3 de octubre de 2008

¡Estoy emocionada!

El día 21 de septiembre fué mi cumple, y en el trabajo ha coincidido en que por estas fechas cumplimos años 4 personas, de manera que acordamos celebrarlo todos juntos. Así que ayer nos fuímos de tapas unas 14 personas, todo compañeros de trabajo. Tras la cena llegó la hora de los clásicos regalitos, y cuál ha sido mi sorpresa, mi regalo es... ¡un libro gigante de cocina vegetariana! No podéis imaginar cómo me he sentido, qué emoción. Desde luego, soy una persona muy afortunada. No sólo no se meten conmigo (bueno, vale, alguna bromilla cae de vez en cuando), ¡sino que me animan! Es fantástico, ver a todos allí, mirando el libro conmigo, viendo las recetas. Ha sido un gran momento. Ojalá fuese todo tan idílico siempre, que cada persona que conocieses te aceptase sin más, sin cuestionarte, sin mirarte raro.

¡Pero qué suerte tengo! :D

P.D: tengo nuevo perro, recogido de la carretera, pero no puedo quedármelo (ya tengo dos más, y un gato). He puesto un post en mi otro blog, porque lo lee más gente, pero aquí os dejo la dirección por si acaso ;)

http://4enlacosta.blogspot.com/2008/09/kimi-busca-hogar.html

¡Saludos a tod@s!

sábado, 2 de agosto de 2008

Diferencias entre carnívoros y herbívoros

Hola a tod@s!

Aquí os dejo un vídeo que me he encontrado. ¡Es genial! Explica las diferencias entre carnívoros, herbívoros y humanos de forma muy didáctica y divertida. Creo que sería perfecto para enseñárselo a los niños, o a aquellas personas que nos dicen que lo más natural del mundo es comer carne. Si nadie quiere verlo, por lo menos podéis verlo vosotros y reíros un rato.

http://es.youtube.com/watch?v=PRjVWKL9Nww&feature=related


Un saludo vegetariano a tod@s!

domingo, 27 de julio de 2008

Grosero

No tenía ni idea de que ser vegetariana iba a despertar tal expectación en mi pequeño grupo social. Desde que lo comenté hace ya casi dos meses, mis amigas me preguntan cada vez que me ven si se me ha pasado ya. Se cachondean bastante de mí, pero no lo hacen con malicia, y suelen ser conversaciones divertidas y amigables, no hay hostilidad ni mucho menos, simplemente hay curiosidad. Pero hace un par de semanas, una amiga me presentó a su nuevo compañero de trabajo. Cuando mi amiga me preguntaba por el tema, el otro se interesó rápidamente, y sin siquiera conocerme me empezó a decir que yo tengo que comer carne. Y punto. Bueno, yo desde luego no le diría a nadie cómo tiene que vivir o qué tiene que comer, y menos aún a alguien a quien acabo de conocer. El caso es que el otro día volví a quedar con mi amiga y su compañero de trabajo, y nuevamente volvió a salir el tema (y conste que yo no lo saco, para mí no es muy agradable dedicar una tarde a exponer mis principios). Bueno, pues el chaval este, otra vez a criticarme, sin conocerme de nada!
Por fin cambiamos de tema, y al rato mi amiga empezó a hablar de su gato, al que adora. Y el otro le preguntó que a quién quería más, si a su novio o a su gato. Mi amiga no supo qué contestar, así que decidí echarle un cable y le contesté al chaval: "estas preguntas no se saben contestar, es como si yo te preguntase ahora mismo que a quién quieres tú más, si a tu padre o a tu madre. En el amor no existen las cantidades, simplemente amas a varios individuos." Tendríais que haber visto la cara de terror que puso. Me contestó muy alarmado: "¿¿Pero no estarás comparando a un animal con una persona?? Estáis locas. Desde luego, así va el mundo, con gente que lucha por los animales, asi va todo tan mal". Esta última frase, con cara de asco y voz despectiva.
De verdad, que uno nunca está del todo preparado a encontrarse con personajes así. Es increíble el autocontrol que hay que tener para no pegarle un puñetazo. Ya no sólo por lo maleducado que me pareció, ni por lo grosero, sino por semejantes ideas tan sumamente intolerantes. Gente que te tacha de loco por pensar distinto, gente que culpa a personas con otros valores de lo mal que va el mundo. Además, no se porqué a las personas que defendemos a los animales se nos tacha muy a menudo de dejar de lado a la especie humana en pro del resto de especies animales. ¿Acaso no tenemos las personas la capacidad de amar a todo tipo de individuos? No por tener animales y quererlos, me parece bien que haya gente muriéndose de hambre, no veo porqué ambas luchas deban ser incompatibles.

Mi amiga se lleva muy bien con este personaje tan desagradable, así que me temo que tendré que verle a diario. Espero tener siempre tranquilidad y sentido común y no mandarle a hacer puñetas o tirarle un vaso de agua a la cara. Deseadme suerte...

miércoles, 16 de julio de 2008

Igualdad animal

Imagino que habréis visto el famoso anuncio de Campofrío, "si lo pruebas, te conviertes", donde aparece una familia de hippies en plan años 60 que son vegetarianos, y su hijo decide que está harto de comer apio y lechuga (que es a fin de cuentas lo que todos comemos, claro, los vegetarianos no comen arroz, ni pasta, ni legumbres, ni hortalizas,...) y se pasa a las lonchas finíssimas. Este anuncio ha generado mucha polémica entre los vegetarianos y los veganos, por lo ofensivo que resulta. Es difícil en este país ser vegetariano, casi nadie te comprende y tienes que dar muchas explicaciones, pero que encima se cachondeen de tí en anuncios televisivos es peor. ¿Y por qué ridiculiza Campofrío a los vegetarianos? Claramente, porque sabe que son una amenaza a sus intereses, que es lo único que mueve a estas empresas, el dinero, no la salud de sus consumidores ni la felicidad de la población. Campofrío ataca con su mejor arma, la presencia mediática, no sea que en España el número de vegetarianos vaya a subir y sus ventas desciendan un 0,00001%. Qué asco de país, qué asco de grandes empresas.

Los compañeros de igualdad animal han tenido la osadía de contestarles. Se han infiltrado en las granjas españolas de Campofrío, han filmado vídeos y tomado fotos para mostrar las condiciones de vida que tienen estos cerdos antes de convertirse en lonchas de jamón. Y a continuación se han presentado en las oficinas centrales de Campofrío con 15 cerditos muertos, recogidos en sus granjas. ¡Con un par! Os dejo el enlace del vídeo y de la noticia en 20 minutos.

http://www.vimeo.com/1340750

http://www.20minutos.es/noticia/399174/0/cerdos/muertos/campofrio/

¡Saludos a tod@s!

martes, 1 de julio de 2008

Desesperada


El jueves pasado, al salir con mi novio del supermercado, nos cruzamos con una perrita. Iba cojeando de una pata trasera, y no paraba de cruzar compulsivamente la calle mientras los coches frenaban y la esquivaban. No podéis haceros una idea de la cantidad de gente que había en la calle, siendo las 7 de la tarde y habiéndo partido de España en una hora. Pues nadie la miró. Nadie reparó en ella. Nadie se dió cuenta de su sufrimiento, de su ansiedad, de sus nervios, de su cojera, de su dolor.

Mi novio entró en un todo a 100 y compró una correa y un collar, se lo pusimos y la llevamos al veterinario. No tenía chip. La pata tenía una herida vieja y fea. Nos la llevamos a casa, y la dejamos que se tranquilizase un poco, le dimos agua y comida mientras mis otros dos perros y mi gato esperaban impacientes en el estudio. No me la podía quedar, pero pasó la noche en casa. Al día siguiente se me acercó un tío diciéndome que era su perra, pero que me la regalaba si le compraba un paquete de tabaco (surrealista).

Es cierto, la perra era suya, sabía su nombre y me dijo que la tenía en el campo, pero que fué a comprar y la perra "decidió" seguirle. A las 5 de la tarde la llevé a la residencia El paraíso, donde me dijeron que no tenía ni un año, aunque ya había parido. Me han dicho también que en principio no habrá problema para buscarle una buena familia, es una perra guapa y noble. El tiempo que pasó conmigo en casa conoció al resto de mi pequeña familia y se adaptó perfectamente, incluso con el gato. Volvimos en el coche mi novio y yo solos, no pude dejar de llorar, sólo compartí con ella una tarde y mi casa ya me parece vacía.

Ahora debe seguir en la residencia, detrás de unos barrotes, esperando. Pese a todo, mejor ahí que con su anterior dueño, ese canalla que cuidaba "tan bien" de ella. Son estas cosas las que me hacen perder la esperanza que tengo sobre el ser humano. Me pregunto si ese hombre habría dicho lo mismo si en vez de una perra hubiese sido su hijo pequeño. Me pregunto si habría entrado en el supermercado mientras su hijo de dos años, cojeando, cruzaba desesperado la carretera mientras le buscaba. ¿Habría conseguido un niño llamar la atención de todas esas personas que estaban allí? ¿Por qué la gente es tan sensible a un tipo de dolor y tan insensible a otro? ¿Es que la sensibilidad tiene grados? ¿Sólo puede sentirse compasión en determinadas circunstancias?

Lo único que deseo es que esta perra tenga una nueva oportunidad, pero no se, me dijeron en la residencia que estaban recogiendo unos 30 perros AL DÍA. Al día, 30 perros al día, y no os hablo de Madrid, ni de Málaga capital, ni de Marbella, os hablo de una residencia que está entre Alhaurín de la Torre y Estación de Cártama. No quiero ni imaginar cómo estarán en las ciudades.

Si alguno de vosotros quisiera aumentar su familia, por favor, no dudéis en decírmelo.


miércoles, 18 de junio de 2008

2 meses


Hoy hace dos meses desde aquella lejana dorada en papillote que me hizo mi madre, y que siempre le agradeceré porque gracias a aquella cena pude ponerme un día de comienzo. ;) Dos meses, a unos les parecerá mucho, a otros muy poco, pero simplemente es mi día a día. ¡Y qué día a día más maravilloso! Me daba miedo que hacerme vegetariana fuese un cambio de vida muy radical, no sabía si podría hacerlo o si desistiría a los 2 días. Pero no, lejos de suspirar por mi antigua forma de alimentación, cada vez soy mas consciente de las cosas, y platos que antes devoraba ahora me dan asco o pena.

Leí en el foro que alguien comparaba esto con Matrix, y de verdad que no he leído en ninguna parte una comparación más acertada. Me siento como Neo. Gracias a Internet, pude elegir entre tomarme la pastilla de la realidad o tomarme la pastilla del olvido. Cuando eliges la realidad no hay vuelta atrás. Es duro, muchísimo más duro que vivir feliz en la ignorancia, pero es mil veces más gratificante. He pasado 28 años de mi vida con una venda en los ojos, creyendo que lo que me habían enseñado era lo correcto, pensando que si casi todo el mundo tiene determinados principios es porque esos principios son los mejores. Ay amigos, qué equivocada estaba.

Somos lo que nos dicen que debemos ser. Nos comportamos como vemos comportarse al resto, en esto consiste una sociedad. Creemos que pensamos de forma independiente, pero no es así. ¿Quién nos dice lo que debemos pensar o sentir? Nos lo dice nuestra familia, nuestros amigos, nuestros políticos, nuestros ídolos de la tele, la publicidad masiva, las revistas, los libros. Es una cadena. Si, parece que una idea diferente debe ser errónea, ya que si fuese acertada entonces formaría parte de la cultura general. Pero a veces olvidamos que todo se mueve por dinero y poder. Sabemos que la leche de vaca es necesaria, nos lo dice la tele, pero no sólo ella, nos lo han dicho en el cole, o algún médico. Pero también existe una minoría (y no tan pequeña como podría parecer) de nutricionistas y médicos que opinan todo lo contrario. Que una idea sea seguida por millones de personas no demuestra que sea la mejor de todas, demuestra que a muchos de nosotros no nos gusta mucho pensar por nosotros mismos y que es más sencillo aferrarse a lo que nos dicen los demás que cuestionarlo.

Hace años, la esclavitud era normal. Las matanzas en los coliseos eran lo mejor del mundo (nadie pensaba que había personas que morían despedazadas, curiosamente com sucede en las plazas de toros en la actualidad). Hace unas pocas décadas, las mujeres no trabajaban y no tenían derecho a salir del país a no ser que su marido lo autorizase. Tampoco podían votar. Se había hecho así desde siempre. Todo el mundo pensaba que era lo normal. ¿Era por ello correcto? ¿No es gracias a las personas que pensaban de manera diferente por lo que el mundo ha podido evolucionar? Tal vez este sea un paso más que hay que dar, un paso necesario, dejar de masacrar la vida.

Ya me estoy yendo por las ramas, en realidad sólo quería compartir mi felicidad con vosotros, ¡pero al final me indigno yo sola! Así que para no acabar de mal rollito, diré que...

¡GRACIAS A TODOS POR VUESTRO APOYO! Cada día que pasa soy un poquito más feliz.

lunes, 9 de junio de 2008

Críticas

La semana que viene hará ya 2 meses desde que tomé la decisión de ser vegetariana, y estoy muy contenta. La parte más complicada está siendo la vida social. Cuando estoy en casa todo va bien, mi novio es un apoyo constante y hacemos comidas muy ricas (y bastante imaginativas). En casa, ni carne, ni pescado, ni huevos ni lácteos. Mucha fruta, cereales, pasta, arroz, verduritas y legumbres. Y poco a poco van entrando nuevos componentes en la nevera, el tofu y el seitán, aunque todavía no les he pillado el tranquillo, pero lo conseguiré. ¡Ya tengo dominadas las berenjenas! :D En cambio, cuando comemos fuera con más gente, todo se vuelve complicado.

No sabía lo difícil que puede llegar a resultar elegir la cena en cualquier restaurante. Sólo la ensalada ya es complicado, porque casi todas suelen traer atún, o huevo, o gambas. Y hoy por hoy, cuando salgo no les digo a los demás que yo soy vegetariana, simplemente busco un plato adecuado y lo pido, nadie pregunta nada. El caso es que casi siempre acabo comiendo o nata o queso de algún tipo (parece que son casi imprescindibles en las salsas de casi cualquier plato), pero de momento soy permisiva conmigo misma en este tema. A lo mejor dentro de unos años (o meses, quién sabe) no lo tolere, pero al día de hoy si. En realidad no lo hago porque me apetezca muchísimo que la pizza lleve mozzarella, o porque mi plato favorito sea el rissoto con champiñones y nata. Es más bien porque no quiero llamar la atención.

No tenía ni idea de lo reacia que puede llegar a ser la gente con el tema del vegetarianismo. Se lo he dicho a muy pocas personas, todas ellas bastante cercanas, y la verdad es que me he llevado bastantes sorpresas desagradables. Me atacan. No se por qué, pero me dicen que soy imbécil, se rien de mí, me hablan de lo cruel que soy por matar vegetales para comer, me dicen que no hay nada mejor que un chuletón sangriento... no se, he escuchado muchas cosas, a veces me lo tomo mejor, a veces peor. El caso es que ya he escarmentado. Al principio estaba tan ilusionada que sólo me apetecía compartirlo con mis amigos, pero me he dado cuenta de que en este caso particular no se alegran por mí, creo que les hago sentir mal y que por eso la toman conmigo. Yo no lo he dicho con ninguna malicia ni con intenciones, no les digo que ellos deberían ser vegetarianos también, sólo lo comento porque quiero compartirlo, pero no. Así que ya no se lo digo a nadie, sólo a la gente a la que no he tenido más remedio por ir a comer a su casa.

Es que aunque me hagan bromitas "sin malicia", es bastante cansino, no se porqué tengo que ser yo el tema divertido de la velada, o porqué un momento entre amigos, que debería ser agradable, tiene que convertirse en una discusión sin sentido. Además es que la gente yo creo que pregunta por molestar, no por curiosidad, parece que quieren sacarme de mis casillas...

De forma que por eso he optado por no decir nada, es muy desagradable escuchar ciertas cosas de personas en las que confias, aunque alguien lo haga por hacer la gracia y ya está, a mí sin quererlo me cambia interiormente la imagen que tengo de él. Así que prefiero no saber, no quiero saber cómo puede reaccionar determinada persona con la que me llevo bien, no quiero llevarme disgustos. Ser vegetariana es mi elección personal, y lejos de hacer daño a alguien hago todo lo contrario, intento respetar al máximo la vida de los demás, ya sean personas o animales, ¡¡no entiendo porqué debo de ser tan criticada!!

Lo siento, es que me frustra mucho y hoy tengo un mal día, necesitaba desahogarme.

lunes, 19 de mayo de 2008

Spain is different


El fin de semana pasado estuve en mi primer restaurante vegetariano. ¡Me ha encantado! En el centro de Málaga, en plena calle peatonal, con una terracita llena de plantas. Una gata dormitaba feliz en una silla de la mesa de al lado. Y junto a mis pies estaba su cacharro del agua y su pienso. Qué paz se respira. Mientras mi novio y yo nos zampábamos unas setas al pil pil y unas croquetas de tofu y espinacas, se sentó un hombre en la mesa de la gata, y se pasó toda la velada haciéndole caricias con una mano mientras con la otra comía apaciblemente. Yo quedé encantada, mi novio dice que el restaurante le pareció un poco hippie, pero la comida le gustó mucho a él también.

Así deberían ser todos los restaurantes, pero queda mucho camino por recorrer en España. No puedes entrar con tu perro en ninguna tienda, debes enfrentarte a malas miradas de algunos transeúntes mientras caminas con ellos, y que no vea una madre que su niño se acerca demasiado al perro, que le da un soponcio. A veces dan ganas de contestarle a alguna: "si, por favor, llévese al niño que le estoy viendo que está acatarrado y no quiero que se lo pegue a mi chuchi". Pero estas cosas nunca se dicen, sino que te llevas a tus bichos a otra parte con la esperanza de que no molesten. Yo no lo entiendo, si está demostrado que los niños criados con animales son mucho más sanos que los que viven en una burbuja.

El otro día leí que en Suiza han sacado una ley por la cual si tienes en casa animales en jaulas (pájaros, peces, etc), será obligatorio que tengas por lo menos dos, para que no estén solos. La verdad es que vería con más sentido que se prohibiese tener animales enjaulados, ya estén estos solos o acompañados, pero bueno, algo es algo, si poco a poco podemos ir quitando males menores, luego será más sencillo luchar contra males mayores. La cuestión es cuándo llegarán a España medidas levemente parecidas, al país de las corridas de toros y los San Fermines. Imagino que mientras la fiesta nacional se base en el maltrato animal, poco se puede hacer. Aunque cierto es que cada vez más gente cambia su actitud frente a estas "diversiones" tan tradicionales.

Bueno, lo dejo ya por hoy, saludos a tod@s!

miércoles, 7 de mayo de 2008

Experiencias culinarias


Este puente me he reencontrado con mucha gente, y he asistido a varias comidas. El tema de ser vegetariano ha salido rápidamente (es difícil ocultarle este tipo de cosas a tus amistades de toda la vida). De mis amigas, una de ellas dice que le parece estupendo y que me apoya al 100%, su marido me dijo que si no me dan pena las lechuguitas que viven en campos de concentración (aquí me dió un ataque de risa), otra no lo ve mal pero opina que es demasiado complicado y la última se rió de mí toda la comida. Al menos ya me he quitado a las más representativas (por no hablar de mi Maria José, que desde entonces me busca recetas, opina que estoy loca pero a su manera es la que más me apoya, ¡viva la amistad!). Mi novio también hace lo posible por apoyarme, ya prácticamente no come carne ni toma lácteos (aunque queso si, pero cualquiera se lo quita...).

Ayer fué mi mini-aniversario, 5 años y 10 meses. Ya se que estas cosas no se suelen celebrar, pero me apetecía tener un detallito con él, que está siendo un santo conmigo, de forma que se me ocurrió preparle berenjenas rebozadas fritas con miel de caña. ¿A que tienen buena pinta esas de la foto? Pues no, no las he hecho yo, mas quisiera. Parecía tan sencillo... ¿Cómo algo tan simple puede convertirse en semejante odisea?

Resulta que a las 9 ya tenía preparadas mis berenjenas en rodajas y mi pan rallado (luego he averiguado que con harina mucho mejor). Lleno una sartén con un dedo de aceite, espero a que esté muy caliente y zas zas zas, 3 buenas rodajas al fuego. Lo tapo para que no salpique, y mientras las dejo que se doren voy terminando mi ensalada de lentejas y mi tomatito andaluz con ajo y sal gorda. Abro la tapa para darles la vuelta, y fué entonces cuando me di cuenta de que en la sarten no había aceite!! Nada, ni una mísera gota, todo mi maravilloso aceite dentro de las 3 rodajas de berenjenas! No tuve más remedio que empezar a espachurrarlas con la espátula, para que fuesen soltando poco a poco todo. Y qué forma de salpicar, toda la cocina llena de aceite, las manos achicharradas de tanto chisporroteo. Ya se sabe esa famosa ley que dice algo así como: si algo empieza mal, acabará mal. Pues es cierto, pero en ese momento no lo pensé, y tras conseguir que mis 3 rodajas de berenjenas pareciesen comestibles, decidí echar otras 3 porque no las iba a tirar, ¿no? 3 cuartos de hora espachurrando berenjenas, quemándome y añadiendo aceite mientras las que ya estaban fuera de la sartén se iban enfriando.

Resumiendo, que una cena que tenía lista para las 21.30 finalmente pude servirla una hora más tarde, y con una mala leche que mejor ni lo cuento. Qué fracaso...

Hoy en el trabajo, me ha dicho una compañera: "Claro, pero si ya te lo dije yo. ¿No te acuerdas del truquito que te dí? Debes bañarlas en cerveza y luego rebozarlas en harina, ya verás que ricas te salen". Es cierto, me lo dijo, qué pava soy. Bueno, otro día lo intento, de momento les he cogido un poco de manía, jajaja.

jueves, 1 de mayo de 2008

Insensibilizados


Más de una vez he pensado que hay algo que no funciona bien en mi cabeza. Siento que no encajo en el mundo, que soy rara y que tengo que superar ciertos defectos de mi forma de ser. Mi mayor problema son los animales. No puedo soportar ver un animal sufrir, ya sea al lado de casa o en la tele. Si veo un video con cualquier tipo de maltrato lloro y me quedo traumatizada varios días. Desde hace unos meses vivo enfrente de un matadero (embutidos Prolongo), y pasé las primeras noches sin dormir apenas porque escuchaba a los cerditos chillar. Cuántas lágrimas derramé, hasta que mi cerebro aprendió a "no escuchar", hasta que varias personas me tranquilizaron diciéndome que no me preocupase, que no chillan porque les hagan nada, que son muy escandalosos, eso es todo, y que la matanza es a las 6 de la madrugada, y los cerditos ni se enteran, no sufren. Y durante mucho tiempo no quise ver la realidad, cerré mi mente y me aferré a estos argumentos.

Tengo en casa un perro y un gato a los que recogí porque habían sido atropellados (y otra perra más, pero esta es de la perrera). Mi novio me tiene un poco de miedo, porque sabe lo mucho que este tema puede condicionar mi vida, y cada vez que nos cruzamos con un perro o gato con cara de despistado se echa a temblar por si me lo llevo a casa. He intentado curtirme en este tema, que no me afecten tanto las cosas, pero no puedo. Y debo decir que es muy difícil ser como yo. Es un sinvivir estar expuesto a situaciones que pueden machacarte la sensibilidad, cosas como que se te cruce un animal por delante en la carretera, o ver que se le ha cruzado a otro, o ver que alguien le pega un bofetón a su mascota. Lo sufro tanto como si en vez de perros o gatos viese niños o personas.

Además, es que me impresiona lo insensible que son los demás. Yo estoy en un extremo, pero es que parece que el resto del mundo está en el otro. Cuando recogí a mi gato, pues me gasté un buen dinero en el veterinario para curarle la pata. Los comentarios de mis compañer@s del trabajo no tuvieron desperdicio. Desde "estas loca" a "tendrías que haberte subido a tu coche y rematarlo". Oye, y tan tranquilos se quedan diciéndome estas barbaridades. Hace 2 meses que recogimos un perro por el mismo motivo, estaba atropellado e inmovilizado debajo de un arbolito, al lado de la carretera. Este estaba peor, cadera y fémur destrozados, y una operación muy muy cara por delante. Pero da igual, si hay que operarse se opera, porque yo no tengo valor para decidir si su vida vale 1100€ o es demasiado caro y mejor lo sacrifico por 30. Qué dilemas nos pone a veces la vida por delante, te hace enfrentarte realmente a ti mismo, para que averigües si efectivamente amas a los animales o si tu bolsillo es más importante. Y ahí están los famosos comentarios maliciosos, de esos de "anda que me iba a gastar yo x euros en un animal que ni conozco, estas como un cencerro".

Estoy como un cencerro, y encima sufro. Vaya plan. Pero lo cierto es que no puedo cambiar en esto, porque es parte de mi naturaleza como persona. Creo que el problema no soy yo, son todos los demás, no se cómo han sido educados que son incapaces de sentir compasión ante un sufrimiento tan obvio y tan cercano, de un animal indefenso, inocente, que sólo quiere vivir. Por eso ha sido tan difícil mirar de frente el tema de la explotación animal. Miles de videos y artículos que circulan por la red, al alcance de todo aque que quiera informarse. Pero tienes que querer informarte, y qué duro resulta. No conozco a nadie que sea vegetariano, sólo una amiga que lo fué una temporada como ella dice "por rebeldía en mi casa", pero comía pescado y ya vuelve a comer de todo. Por lo que a mí respecta, no quiero volver a ingerir nada que tenga que ver con animales, ni usar nada que lleve su piel, ni ningún producto experimentado con ellos. Me está costando, no por falta de ganas sino por falta de información, pero una vez mas Internet me recibe con los brazos abiertos.

Sólo soy una vegana novata, de hecho no creo ni que aún se me deba llamar vegana dado el poco tiempo que llevo, pero lo conseguiré, por difícil que me parezca, por cachondeos que tenga que aguantar, por sola que me sienta en determinadas ocasiones. Porque se que por ahí en alguna parte existe más gente como yo.

miércoles, 30 de abril de 2008

"¿Pero qué comes?"


Hoy tengo mi primera comida con los del trabajo desde mi cambio. Siempre como en casa con mi novio, pero hoy no puede ser, así que me he traído algo para comer de taper con mis compañeros. Traigo 2 sandwiches (no había tiempo para nada más elaborado), son de lechuga, tomate, aguacate, cebolla y mostaza. Y están deliciosos, de vez en cuando me preparo alguno de merienda. Y de postre, nísperos y albaricoques. La verdad es que suena muchísimo mejor que las lasañas findus de microondas.

Lo que más me gusta de mi nueva vida es que ahora me paso el día comiendo. Antes siempre estaba controlándome, pero ahora soy feliz. Os cuento como me alimento normalmente: nada más levantarme, mi desayuno, que consiste en fruta fresca o muesli con leche de soja, según el día. 2 horas y pico después, en el trabajo, nos vamos todos a la cafetería. Ahí cae un te o poleo menta, con mi media tostada con aceite. A la hora de comer, pues una ensalada y un buen plato principal, ya sean legumbres (ayer por ejemplo, pucherito de garbanzos con judías verdes), arroz o pasta. Cuando vuelvo del trabajo, entre las 6 y las 7, medienda de fruta o de cereales. Y ya por último, una cena (ayer cenamos ensalada de arroz al curry con fruta). ¡Qué felicidad, tanto comer y encima me siento fenomenal! No tengo sensación de estar llena y no poder moverme, me paso todo el día activa y con ganas de hacer cosas, tengo la piel más suave y ¡hasta estoy adelgazando!

Una amiga me decía que lo que veía más duro de ser vegetariano era la comida. Lo primero que me dijo fué "¿pero si no comes carne, qué comes?", y yo le contesté "pues todo lo demás", pero no se quedó muy convencida. Decía que ella echaría de menos la variedad. ¿Pero qué variedad? Si al final siempre comemos lo mismo. Filete o pescado con salsa, ensalada y alguna guarnición... claro, viéndolo así pues es difícil imaginarte el plato sin el ingrediente principal. Pero lo cierto es que es ahora cuando estoy teniendo variedad. Como he suprimido tantos alimentos que antes consideraba de primera necesidad (aparte de la carne y pescado, pues queso, leche, yogures, nata, huevos, ...), no me ha quedado más remedio que buscar compulsivamente recetas veganas. Y me lo paso de maravilla inventando platos nuevos. He cocinado más en este último mes que en los últimos 2 años. Arroz con curry, pasas, pipas y guisantes al vapor, falafel (croquetas de pasta de garbanzos), pasta con salsa de soja, verduras con salsa de pimiento rojo, burritos de verduras a la brasa, ensalada de arroz con manzana y nueces, tacos de arroz con lechuga, tomate, aguacate y pimiento rojo... y sólo acabo de empezar, pero con todos mis nuevos libros de cocina quién sabe hasta dónde llegaré. Es increíble cómo me ha vuelto el gusto por la cocina y el placer del paladar. Ahora disfruto mucho más cada plato, compro con amor cada ingrediente fresco y me encargo de cocinarlo como yo quiera. La verdura congelada o en conserva ha pasado a un segundo plano. Personalmente, el tema de la fruta es el más complicado. Nunca he sido muy frutera, de hecho no he comido fruta casi nunca. Ahora me obligo a comer todos los días algunas piezas, a ser posible variadas. Ya le estoy cogiendo el gusto, pero es que es lo único que he tenido que incluir en mi nueva dieta, porque todo lo demás ya lo comía, y aún tengo que acostumbrarme.

Bueno, lo dejo ya, que de tanto hablar de comida me está entrando hambre, y aún me quedan unas horas para la comida.

¡Saludos a tod@s!

martes, 29 de abril de 2008

Cómo y cuándo decir que eres vegetariano

Al día de hoy, apenas le he dicho a nadie mi nueva condición. Entre los afortunados se encuentran mi madre, mi novio y mi mejor amiga. Lo bueno de empezar por la gente que más te quiere es que sabes que no se van a cachondear de ti, sino que van a hacer lo posible por entenderte, y en cualquier caso respetarán tu decisión. Un amigo se enteró de golpe porque iba a ir a cenar a su casa esa noche, y les sorprendí diciéndole "¿¿A que no sabes?? ¡me he vuelto vegetariana!". Y lo que me costó decírselo... así que tras insultarme un poquito, fué raudo y veloz al supermercado a comprar los ingredientes de una deliciosa ensalada de pasta. ¡Si es que me tienen consentida! :D

Pero el mundo no es siempre tan bello, así que decidí probar suerte con dos compañeros de trabajo con los que me llevo bastante bien. Uno de ellos ha pasado olímpicamente de mí. Se lo dije por el gtalk y actuó como si nada. No me ha vuelto a preguntar. En cambio el otro... ha sido bastante más complicado. Lo primero que le dije (también por gtalk) es que me estaba haciendo vetegariana, a lo que contestó algo así como: "¿pero eso cómo va a ser? Yo creo que todos los vegetarianos son gilipollas, y tú no pareces gilipollas". Este es el clásico momento en el que una dice eso de "tierra, trágame". Nunca deja de sorprenderme la gente, quien pienso que va a reaccionar con más curiosidad es la persona más pasota, y quien pienso que me dirá poca cosa me ataca, como si estuviese haciendo algo horrible o sectario. Es una situación un poco rara, porque estás hablando con una persona con la que nunca has tenido problemas, y de repente estás intentando explicar y defender tus principios porque no deja de intentar tirártelos por tierra. Al menos todo termina con "yo respeto tu decisión", pero el mal trago hay que digerirlo. No hemos vuelto a mencionar el tema, y todo ha vuelto a la normalidad, menos mal porque me llevo muy bien con él y no quería ni quedarme con esa reacción negativa, ni que él pensase que soy rara. Y es que muchas veces nos dicen (y decimos) eso de: "¿tal persona te ha criticado? ¿te ha dicho eso? pues pasa de él, no merece la pena". Pero yo creo que somos más que una mala reacción o una frase desafortunada, así que cuando sucede esto lo que quiero es que el momento pase rápidamente para poder vivir nuevas cosas y que ese recuerdo caiga en el olvido (¡qué bonito, qué profundo!).

Así terminó mi experimento sobre las reacciones humanas. Entre el que pasa y el que se implica, no se cuál me gusta menos, jajaja. Ahora es el momento en el que me indignaría con el mundo, por aquello de "¿qué le importa a nadie lo que haga o deje de hacer yo?", pero tengo que ser realista. Se que he elegido un camino que se aparta de lo habitual, y todo lo que no sea habitual genera curiosidad o incluso algo de rechazo. Indignándome no voy a conseguir nada. Además, yo he sido siempre la primera que ha mostrado su curiosidad ante peculiaridades que me han sido confiadas, ahora me toca a mí. ¡Paciencia y alegría! Esto que digo ahora suena genial, pero seguro que luego me cabreo con eso de "¿y comes vegetales? pero si las plantitas son seres vivos, también sufren". Da igual, ¡podré superarlo! Aunque aún no me veo con el ánimo suficiente, pero todo se andará.

Esta noche mi novio va a sorprenderme con una ensalada de arroz al curry con fruta. ¡Estoy impaciente! Así que para hacer tiempo me voy a sacar a los perros, otro día sigo.

lunes, 28 de abril de 2008

Por qué comienzo este blog

Hace mucho tiempo que quería ser vegetariana, pero nunca le he echado valor. Siempre he sido gran amante de los animales, no soporto ver sufrir a ninguno, pero con todo eso me he comido feliz mis filetes y mis pollos asados, mis embutidos, pescaditos a la sal y mariscos varios (cómo olvidar esas paletillas de cordero en Navidad). Me parecía imposible renunciar a todo esto, y tampoco veía porqué hacerlo, a fin de cuentas comer carne es algo natural, natural como la vida misma... ¿o tal vez no?

Tengo una amiga cazadora. En general me he llevado muy bien con ella en todos los aspectos, pero esto de la caza... uf. Siempre le he reprochado que mate animales por diversión, para mí es inconcebible e interiormente pienso que algo no le funciona bien en la cabeza. Pero cuando le he dicho algo, ella me ha echado en cara que yo coma carne. Y yo, con mis ojos cerrados le decía: "pero eso es distinto, los animales no sufren, y es algo natural y necesario". Y ella siempre contestaba lo mismo: "¿qué no sufren? jajaja, anda, despierta y mira la realidad". Qué razón tenía, qué terrible realidad se oculta tras los suculentos salchichones.

Para mí lo más complicado no ha sido cambiar mi dieta, ni renunciar a lo que antes eran manjares para mi paladar, ni pasarme el día buscando recetas por Internet. No, para mí lo más difícil ha sido obligarme a abrir los ojos, dejar de lado las excusas de la sociedad y mirar más allá, enfrentarme a la realidad, ver todo ese dolor y luego observarme en un espejo y preguntarme si ahora que se lo que hay puedo volver atrás y mirar una chuleta tal y como la miraba antes. Y no, ya no puedo. Después de tanto tiempo engañándome a mí misma, por fin me siento en paz conmigo misma, porque a lo largo de todos estos años, en el fondo de mi corazón, sabía que estaba actuando en contra de todos mis principios, por mucho que quisiera maquillarlo. Es difícil hacerle frente a la sociedad, pero no imposible, y es necesario. Y ya no es sólo no comer carne, es que no quiero volver a probar un sólo producto que tenga que ver con la explotación animal ni con el sufrimiento.

Tomé la decisión hará cosa de un mes. Lo vi todo muy claro, pero no me atrevía a decírselo a nadie, así que iba por fascículos explicándoselo a mi madre y a mi novio. El último día que he comido un animal fué el viernes 18 de abril por la noche, que fuí a Estepona a pasar el fin de semana en casa de mi madre, y me sorprendió con una dorada en papillote. Así que mientras la cena terminaba de asarse, fui explicándole mi nueva decisión. Pensé que se lo tomaría mal (una madre es una madre, y lo primero es la salud de su niña), pero me doy cuenta de que al día de hoy mi madre sigue sorprendiéndome. No sólo se lo ha tomado genial, sino que encima el domingo me deleitó con una paella vegetariana (las gambas, mejillones y calamares se quedaron en el congelador), y no deja de buscarme recetas para sorprenderme cuando vaya para allá. Me llama por teléfono para preguntarme qué puede utilizar que no sea huevo para empanarme cosas, jajaja, qué suerte tengo :D .

Ya se que llevo muy poquito tiempo, por eso mismo sentía la necesidad de ir contando cómo va mi nueva vida, las alegrías y dificultades que encuentre por el camino. ¡Allá voy!

¡Un saludo a tod@s!