domingo, 27 de julio de 2008

Grosero

No tenía ni idea de que ser vegetariana iba a despertar tal expectación en mi pequeño grupo social. Desde que lo comenté hace ya casi dos meses, mis amigas me preguntan cada vez que me ven si se me ha pasado ya. Se cachondean bastante de mí, pero no lo hacen con malicia, y suelen ser conversaciones divertidas y amigables, no hay hostilidad ni mucho menos, simplemente hay curiosidad. Pero hace un par de semanas, una amiga me presentó a su nuevo compañero de trabajo. Cuando mi amiga me preguntaba por el tema, el otro se interesó rápidamente, y sin siquiera conocerme me empezó a decir que yo tengo que comer carne. Y punto. Bueno, yo desde luego no le diría a nadie cómo tiene que vivir o qué tiene que comer, y menos aún a alguien a quien acabo de conocer. El caso es que el otro día volví a quedar con mi amiga y su compañero de trabajo, y nuevamente volvió a salir el tema (y conste que yo no lo saco, para mí no es muy agradable dedicar una tarde a exponer mis principios). Bueno, pues el chaval este, otra vez a criticarme, sin conocerme de nada!
Por fin cambiamos de tema, y al rato mi amiga empezó a hablar de su gato, al que adora. Y el otro le preguntó que a quién quería más, si a su novio o a su gato. Mi amiga no supo qué contestar, así que decidí echarle un cable y le contesté al chaval: "estas preguntas no se saben contestar, es como si yo te preguntase ahora mismo que a quién quieres tú más, si a tu padre o a tu madre. En el amor no existen las cantidades, simplemente amas a varios individuos." Tendríais que haber visto la cara de terror que puso. Me contestó muy alarmado: "¿¿Pero no estarás comparando a un animal con una persona?? Estáis locas. Desde luego, así va el mundo, con gente que lucha por los animales, asi va todo tan mal". Esta última frase, con cara de asco y voz despectiva.
De verdad, que uno nunca está del todo preparado a encontrarse con personajes así. Es increíble el autocontrol que hay que tener para no pegarle un puñetazo. Ya no sólo por lo maleducado que me pareció, ni por lo grosero, sino por semejantes ideas tan sumamente intolerantes. Gente que te tacha de loco por pensar distinto, gente que culpa a personas con otros valores de lo mal que va el mundo. Además, no se porqué a las personas que defendemos a los animales se nos tacha muy a menudo de dejar de lado a la especie humana en pro del resto de especies animales. ¿Acaso no tenemos las personas la capacidad de amar a todo tipo de individuos? No por tener animales y quererlos, me parece bien que haya gente muriéndose de hambre, no veo porqué ambas luchas deban ser incompatibles.

Mi amiga se lleva muy bien con este personaje tan desagradable, así que me temo que tendré que verle a diario. Espero tener siempre tranquilidad y sentido común y no mandarle a hacer puñetas o tirarle un vaso de agua a la cara. Deseadme suerte...

miércoles, 16 de julio de 2008

Igualdad animal

Imagino que habréis visto el famoso anuncio de Campofrío, "si lo pruebas, te conviertes", donde aparece una familia de hippies en plan años 60 que son vegetarianos, y su hijo decide que está harto de comer apio y lechuga (que es a fin de cuentas lo que todos comemos, claro, los vegetarianos no comen arroz, ni pasta, ni legumbres, ni hortalizas,...) y se pasa a las lonchas finíssimas. Este anuncio ha generado mucha polémica entre los vegetarianos y los veganos, por lo ofensivo que resulta. Es difícil en este país ser vegetariano, casi nadie te comprende y tienes que dar muchas explicaciones, pero que encima se cachondeen de tí en anuncios televisivos es peor. ¿Y por qué ridiculiza Campofrío a los vegetarianos? Claramente, porque sabe que son una amenaza a sus intereses, que es lo único que mueve a estas empresas, el dinero, no la salud de sus consumidores ni la felicidad de la población. Campofrío ataca con su mejor arma, la presencia mediática, no sea que en España el número de vegetarianos vaya a subir y sus ventas desciendan un 0,00001%. Qué asco de país, qué asco de grandes empresas.

Los compañeros de igualdad animal han tenido la osadía de contestarles. Se han infiltrado en las granjas españolas de Campofrío, han filmado vídeos y tomado fotos para mostrar las condiciones de vida que tienen estos cerdos antes de convertirse en lonchas de jamón. Y a continuación se han presentado en las oficinas centrales de Campofrío con 15 cerditos muertos, recogidos en sus granjas. ¡Con un par! Os dejo el enlace del vídeo y de la noticia en 20 minutos.

http://www.vimeo.com/1340750

http://www.20minutos.es/noticia/399174/0/cerdos/muertos/campofrio/

¡Saludos a tod@s!

martes, 1 de julio de 2008

Desesperada


El jueves pasado, al salir con mi novio del supermercado, nos cruzamos con una perrita. Iba cojeando de una pata trasera, y no paraba de cruzar compulsivamente la calle mientras los coches frenaban y la esquivaban. No podéis haceros una idea de la cantidad de gente que había en la calle, siendo las 7 de la tarde y habiéndo partido de España en una hora. Pues nadie la miró. Nadie reparó en ella. Nadie se dió cuenta de su sufrimiento, de su ansiedad, de sus nervios, de su cojera, de su dolor.

Mi novio entró en un todo a 100 y compró una correa y un collar, se lo pusimos y la llevamos al veterinario. No tenía chip. La pata tenía una herida vieja y fea. Nos la llevamos a casa, y la dejamos que se tranquilizase un poco, le dimos agua y comida mientras mis otros dos perros y mi gato esperaban impacientes en el estudio. No me la podía quedar, pero pasó la noche en casa. Al día siguiente se me acercó un tío diciéndome que era su perra, pero que me la regalaba si le compraba un paquete de tabaco (surrealista).

Es cierto, la perra era suya, sabía su nombre y me dijo que la tenía en el campo, pero que fué a comprar y la perra "decidió" seguirle. A las 5 de la tarde la llevé a la residencia El paraíso, donde me dijeron que no tenía ni un año, aunque ya había parido. Me han dicho también que en principio no habrá problema para buscarle una buena familia, es una perra guapa y noble. El tiempo que pasó conmigo en casa conoció al resto de mi pequeña familia y se adaptó perfectamente, incluso con el gato. Volvimos en el coche mi novio y yo solos, no pude dejar de llorar, sólo compartí con ella una tarde y mi casa ya me parece vacía.

Ahora debe seguir en la residencia, detrás de unos barrotes, esperando. Pese a todo, mejor ahí que con su anterior dueño, ese canalla que cuidaba "tan bien" de ella. Son estas cosas las que me hacen perder la esperanza que tengo sobre el ser humano. Me pregunto si ese hombre habría dicho lo mismo si en vez de una perra hubiese sido su hijo pequeño. Me pregunto si habría entrado en el supermercado mientras su hijo de dos años, cojeando, cruzaba desesperado la carretera mientras le buscaba. ¿Habría conseguido un niño llamar la atención de todas esas personas que estaban allí? ¿Por qué la gente es tan sensible a un tipo de dolor y tan insensible a otro? ¿Es que la sensibilidad tiene grados? ¿Sólo puede sentirse compasión en determinadas circunstancias?

Lo único que deseo es que esta perra tenga una nueva oportunidad, pero no se, me dijeron en la residencia que estaban recogiendo unos 30 perros AL DÍA. Al día, 30 perros al día, y no os hablo de Madrid, ni de Málaga capital, ni de Marbella, os hablo de una residencia que está entre Alhaurín de la Torre y Estación de Cártama. No quiero ni imaginar cómo estarán en las ciudades.

Si alguno de vosotros quisiera aumentar su familia, por favor, no dudéis en decírmelo.