miércoles, 30 de abril de 2008

"¿Pero qué comes?"


Hoy tengo mi primera comida con los del trabajo desde mi cambio. Siempre como en casa con mi novio, pero hoy no puede ser, así que me he traído algo para comer de taper con mis compañeros. Traigo 2 sandwiches (no había tiempo para nada más elaborado), son de lechuga, tomate, aguacate, cebolla y mostaza. Y están deliciosos, de vez en cuando me preparo alguno de merienda. Y de postre, nísperos y albaricoques. La verdad es que suena muchísimo mejor que las lasañas findus de microondas.

Lo que más me gusta de mi nueva vida es que ahora me paso el día comiendo. Antes siempre estaba controlándome, pero ahora soy feliz. Os cuento como me alimento normalmente: nada más levantarme, mi desayuno, que consiste en fruta fresca o muesli con leche de soja, según el día. 2 horas y pico después, en el trabajo, nos vamos todos a la cafetería. Ahí cae un te o poleo menta, con mi media tostada con aceite. A la hora de comer, pues una ensalada y un buen plato principal, ya sean legumbres (ayer por ejemplo, pucherito de garbanzos con judías verdes), arroz o pasta. Cuando vuelvo del trabajo, entre las 6 y las 7, medienda de fruta o de cereales. Y ya por último, una cena (ayer cenamos ensalada de arroz al curry con fruta). ¡Qué felicidad, tanto comer y encima me siento fenomenal! No tengo sensación de estar llena y no poder moverme, me paso todo el día activa y con ganas de hacer cosas, tengo la piel más suave y ¡hasta estoy adelgazando!

Una amiga me decía que lo que veía más duro de ser vegetariano era la comida. Lo primero que me dijo fué "¿pero si no comes carne, qué comes?", y yo le contesté "pues todo lo demás", pero no se quedó muy convencida. Decía que ella echaría de menos la variedad. ¿Pero qué variedad? Si al final siempre comemos lo mismo. Filete o pescado con salsa, ensalada y alguna guarnición... claro, viéndolo así pues es difícil imaginarte el plato sin el ingrediente principal. Pero lo cierto es que es ahora cuando estoy teniendo variedad. Como he suprimido tantos alimentos que antes consideraba de primera necesidad (aparte de la carne y pescado, pues queso, leche, yogures, nata, huevos, ...), no me ha quedado más remedio que buscar compulsivamente recetas veganas. Y me lo paso de maravilla inventando platos nuevos. He cocinado más en este último mes que en los últimos 2 años. Arroz con curry, pasas, pipas y guisantes al vapor, falafel (croquetas de pasta de garbanzos), pasta con salsa de soja, verduras con salsa de pimiento rojo, burritos de verduras a la brasa, ensalada de arroz con manzana y nueces, tacos de arroz con lechuga, tomate, aguacate y pimiento rojo... y sólo acabo de empezar, pero con todos mis nuevos libros de cocina quién sabe hasta dónde llegaré. Es increíble cómo me ha vuelto el gusto por la cocina y el placer del paladar. Ahora disfruto mucho más cada plato, compro con amor cada ingrediente fresco y me encargo de cocinarlo como yo quiera. La verdura congelada o en conserva ha pasado a un segundo plano. Personalmente, el tema de la fruta es el más complicado. Nunca he sido muy frutera, de hecho no he comido fruta casi nunca. Ahora me obligo a comer todos los días algunas piezas, a ser posible variadas. Ya le estoy cogiendo el gusto, pero es que es lo único que he tenido que incluir en mi nueva dieta, porque todo lo demás ya lo comía, y aún tengo que acostumbrarme.

Bueno, lo dejo ya, que de tanto hablar de comida me está entrando hambre, y aún me quedan unas horas para la comida.

¡Saludos a tod@s!

martes, 29 de abril de 2008

Cómo y cuándo decir que eres vegetariano

Al día de hoy, apenas le he dicho a nadie mi nueva condición. Entre los afortunados se encuentran mi madre, mi novio y mi mejor amiga. Lo bueno de empezar por la gente que más te quiere es que sabes que no se van a cachondear de ti, sino que van a hacer lo posible por entenderte, y en cualquier caso respetarán tu decisión. Un amigo se enteró de golpe porque iba a ir a cenar a su casa esa noche, y les sorprendí diciéndole "¿¿A que no sabes?? ¡me he vuelto vegetariana!". Y lo que me costó decírselo... así que tras insultarme un poquito, fué raudo y veloz al supermercado a comprar los ingredientes de una deliciosa ensalada de pasta. ¡Si es que me tienen consentida! :D

Pero el mundo no es siempre tan bello, así que decidí probar suerte con dos compañeros de trabajo con los que me llevo bastante bien. Uno de ellos ha pasado olímpicamente de mí. Se lo dije por el gtalk y actuó como si nada. No me ha vuelto a preguntar. En cambio el otro... ha sido bastante más complicado. Lo primero que le dije (también por gtalk) es que me estaba haciendo vetegariana, a lo que contestó algo así como: "¿pero eso cómo va a ser? Yo creo que todos los vegetarianos son gilipollas, y tú no pareces gilipollas". Este es el clásico momento en el que una dice eso de "tierra, trágame". Nunca deja de sorprenderme la gente, quien pienso que va a reaccionar con más curiosidad es la persona más pasota, y quien pienso que me dirá poca cosa me ataca, como si estuviese haciendo algo horrible o sectario. Es una situación un poco rara, porque estás hablando con una persona con la que nunca has tenido problemas, y de repente estás intentando explicar y defender tus principios porque no deja de intentar tirártelos por tierra. Al menos todo termina con "yo respeto tu decisión", pero el mal trago hay que digerirlo. No hemos vuelto a mencionar el tema, y todo ha vuelto a la normalidad, menos mal porque me llevo muy bien con él y no quería ni quedarme con esa reacción negativa, ni que él pensase que soy rara. Y es que muchas veces nos dicen (y decimos) eso de: "¿tal persona te ha criticado? ¿te ha dicho eso? pues pasa de él, no merece la pena". Pero yo creo que somos más que una mala reacción o una frase desafortunada, así que cuando sucede esto lo que quiero es que el momento pase rápidamente para poder vivir nuevas cosas y que ese recuerdo caiga en el olvido (¡qué bonito, qué profundo!).

Así terminó mi experimento sobre las reacciones humanas. Entre el que pasa y el que se implica, no se cuál me gusta menos, jajaja. Ahora es el momento en el que me indignaría con el mundo, por aquello de "¿qué le importa a nadie lo que haga o deje de hacer yo?", pero tengo que ser realista. Se que he elegido un camino que se aparta de lo habitual, y todo lo que no sea habitual genera curiosidad o incluso algo de rechazo. Indignándome no voy a conseguir nada. Además, yo he sido siempre la primera que ha mostrado su curiosidad ante peculiaridades que me han sido confiadas, ahora me toca a mí. ¡Paciencia y alegría! Esto que digo ahora suena genial, pero seguro que luego me cabreo con eso de "¿y comes vegetales? pero si las plantitas son seres vivos, también sufren". Da igual, ¡podré superarlo! Aunque aún no me veo con el ánimo suficiente, pero todo se andará.

Esta noche mi novio va a sorprenderme con una ensalada de arroz al curry con fruta. ¡Estoy impaciente! Así que para hacer tiempo me voy a sacar a los perros, otro día sigo.

lunes, 28 de abril de 2008

Por qué comienzo este blog

Hace mucho tiempo que quería ser vegetariana, pero nunca le he echado valor. Siempre he sido gran amante de los animales, no soporto ver sufrir a ninguno, pero con todo eso me he comido feliz mis filetes y mis pollos asados, mis embutidos, pescaditos a la sal y mariscos varios (cómo olvidar esas paletillas de cordero en Navidad). Me parecía imposible renunciar a todo esto, y tampoco veía porqué hacerlo, a fin de cuentas comer carne es algo natural, natural como la vida misma... ¿o tal vez no?

Tengo una amiga cazadora. En general me he llevado muy bien con ella en todos los aspectos, pero esto de la caza... uf. Siempre le he reprochado que mate animales por diversión, para mí es inconcebible e interiormente pienso que algo no le funciona bien en la cabeza. Pero cuando le he dicho algo, ella me ha echado en cara que yo coma carne. Y yo, con mis ojos cerrados le decía: "pero eso es distinto, los animales no sufren, y es algo natural y necesario". Y ella siempre contestaba lo mismo: "¿qué no sufren? jajaja, anda, despierta y mira la realidad". Qué razón tenía, qué terrible realidad se oculta tras los suculentos salchichones.

Para mí lo más complicado no ha sido cambiar mi dieta, ni renunciar a lo que antes eran manjares para mi paladar, ni pasarme el día buscando recetas por Internet. No, para mí lo más difícil ha sido obligarme a abrir los ojos, dejar de lado las excusas de la sociedad y mirar más allá, enfrentarme a la realidad, ver todo ese dolor y luego observarme en un espejo y preguntarme si ahora que se lo que hay puedo volver atrás y mirar una chuleta tal y como la miraba antes. Y no, ya no puedo. Después de tanto tiempo engañándome a mí misma, por fin me siento en paz conmigo misma, porque a lo largo de todos estos años, en el fondo de mi corazón, sabía que estaba actuando en contra de todos mis principios, por mucho que quisiera maquillarlo. Es difícil hacerle frente a la sociedad, pero no imposible, y es necesario. Y ya no es sólo no comer carne, es que no quiero volver a probar un sólo producto que tenga que ver con la explotación animal ni con el sufrimiento.

Tomé la decisión hará cosa de un mes. Lo vi todo muy claro, pero no me atrevía a decírselo a nadie, así que iba por fascículos explicándoselo a mi madre y a mi novio. El último día que he comido un animal fué el viernes 18 de abril por la noche, que fuí a Estepona a pasar el fin de semana en casa de mi madre, y me sorprendió con una dorada en papillote. Así que mientras la cena terminaba de asarse, fui explicándole mi nueva decisión. Pensé que se lo tomaría mal (una madre es una madre, y lo primero es la salud de su niña), pero me doy cuenta de que al día de hoy mi madre sigue sorprendiéndome. No sólo se lo ha tomado genial, sino que encima el domingo me deleitó con una paella vegetariana (las gambas, mejillones y calamares se quedaron en el congelador), y no deja de buscarme recetas para sorprenderme cuando vaya para allá. Me llama por teléfono para preguntarme qué puede utilizar que no sea huevo para empanarme cosas, jajaja, qué suerte tengo :D .

Ya se que llevo muy poquito tiempo, por eso mismo sentía la necesidad de ir contando cómo va mi nueva vida, las alegrías y dificultades que encuentre por el camino. ¡Allá voy!

¡Un saludo a tod@s!