miércoles, 8 de diciembre de 2010

¡Navidad!

Si, ya está aquí la Navidad, a puntito de atropellarnos. Siempre me encantó la Navidad hasta que me hice vegetariana. Es un suplicio enfrentarte a las comidas de empresa, las cenas con los amigos y la Nochebuena siendo vegetariano, todo se suele complicar. El primer año fue bastante confuso, cena familiar en la que un pisto convivía con un pobre cochinillo metido en el horno. Será que me estoy volviendo muy delicadita, pero es que me revuelve las tripas ver un asado de ese tipo, ya no digamos si encima tengo que comer delante de eso, me pone enferma.

El año pasado, nos quedamos mi madre y yo solas en Nochebuena. Y fue un festival del paladar. Arrasé con la zona vegetariana del hipercor, y por poco morimos del empacho que cogimos en casa. Salchichas vegetales al vino, hummus con tostaditas, ensalada con tofu ahumado, y una fuente de sushi de pepino y aguacate. Y como colofón final, seitán al horno con salsa de manzana y zanahoria. Creo que ha sido mi mejor Nochebuena, y no sólo por la comida en sí, sino también porque no teníamos invitados, y mi madre por una vez pudo disfrutar de la noche en todo su esplendor (es una de esas madres que se desvive por los  invitados, y que nunca está sentada a la mesa, siempre está haciendo cosas). Qué bien nos lo pasamos.

Y este año... ¡repetimos! Agárrate Hipercor, que voy para allá. Además, me han abierto cerca de mi casa un supermercado vegetariano al que estoy deseando ir, vamos a ver si este año puedo volver a sorprender a mi madre, aunque ella ya ha dicho que lo único que quiere es dos fuentes de sushi, que tiene locura con él.

¡Yuuuu, ya llega la Navidad!