miércoles, 17 de agosto de 2011

Un regalo muy nuestro

Y otra vez, con el verano, llegan las fiestas populares. ¡Qué divertido, soltemos toros por los pueblos a ver qué hacen! Y claro, allá van tantos jóvenes borrachos, a ponerse delante de una mole con cuernos, que obviamente les embiste. Luego, a escuchar 200 veces la noticia de que alguien ha muerto corneado, y debates y más debates sobre si se deberían quitar este tipo de eventos, el precio que cuestan, si la organización era acertada, si la responsabilidad recae en el atropellado de turno o en el ayuntamiento... 

El dilema de todos los veranos, vaya. Después termina la temporada, y hablamos de otra cosa hasta el año que viene. Yo no se qué más hace falta para que la gente abra los ojos, sinceramente. Por un lado, nos vamos concienciando, pero por otro vemos anuncios de burguer king llevando a América un regalo "muy nuestro": A CORRER LOS TOROS. 

De verdad, qué ganas tengo ya de presumir de ser española. De encontrar una identidad nacional que realmente nos una a todos, me entristece que se nos conozca por cosas como éstas, con tantas cosas bellas como tenemos. Si es que parecemos gilipollas. Yo amo mi tierra y mi país, no soy menos patriótica por aborrecer los toros. 

Claro, luego explícale a tus paisanos que no comes carne porque no estás de acuerdo con la explotación animal, y te mirarán como si estuvieses loca. Nadie puede entenderte viviendo en una sociedad enfocada a insensibilizarte, que te muestra imágenes de tortura y sangre y te dice que son arte. ¿Tanto hemos perdido la empatía para con otro ser vivo? ¿Ya ni siquiera somos capaces de conmovernos al ver a otra criatura sufrir?